Capilar: Como actuar frente a la caída del cabello

Menor densidad de pelo y más difícil de peinar, sensación de menos cantidad de pelo con más claros en el cuero cabelludo… la alopecia androgénica afecta cada día a más mujeres. Afortunadamente, es posible activar de nuevo el crecimiento y frenar la caída del cabello.

Al contrario de una caída pasajera, llamada efluvio, la caída androgénica o androgenética, es una caída persistente, que afecta principalmente a los hombres, pero también a un 15%-20% de las mujeres, o incluso más según las últimas investigaciones. Esta caída del cabello no se frena, es progresiva y duradera. Está localizada en zonas específicas de la cabeza (en la parte superior, en la delantera o los lados). El pelo se cae porque su ciclo de vida se van haciendo más corto, mientras que los que salen son más finos. Esto se traduce en un pelo cada vez más fino y menos denso.

Combatir caida del cabello

La caída del cabello androgénica aparece normalmente tras la menopausia, debido al cambio hormonal que se produce: los estrógenos están bajando, mientras que los andrógenos (hormona masculina) se mantienen constantes. El equilibrio hormonal se rompe, favoreciendo la caída de pelo. Ciertos tratamientos hormonales (algunas píldoras, DIU impregnados de hormonas) pueden influir, como también el estrés o las alteraciones alimenticias, sobre todo, un mayor consumo de productos con un índice glucémico elevado, que actuan sobre el sistema hormonal.

Consultar con un dermatólogo

Las mujeres en torno a los cincuenta son las que más acuden a las consultas con el dermatólogo, sobre todo, después de la menopausia, con un problema de perdida de cabello, pero cada día es más común ver este tipo de caída de pelo en mujeres jóvenes, justo tras la pubertad. Hay que tener en cuenta que hay mujeres con un cuero cabelludo más sensible a las hormonas andrógenas (hormonas masculinas), y que el modo de vida es determinante, ya que el medio exterior puede desajustar ciertos genes.

Hay que consultar rápidamente con el dermatólogo. Planteando una serie de preguntas y examinando el pelo, los especialista eliminamos otras posibles causas de la caída del cabello (enfermedad, ingesta de medicamentos, caída por tracción, etc.) y prescribir un tratamiento adaptado.

Hay que actuar con rapidez, no dejar pasar más de tres meses, ya que es más fácil frenar la evolución de la caída que recuperar la densidad capilar perdida. Es decir, antes empecemos con el tratamiento, más pelo salvaremos.

El tratamiento de referencia es el Minoxidil, como para los hombres, pero en dosis más bajas. Pero para que el tratamiento sea completo, hay que actuar en tres frentes:

  1. Plantear un tratamiento hormonal sustitutivo (TRH) en colaboración con el ginecólogo.
  2. Estimular el crecimiento con la aplicación mañana y noche de la loción de Minoxidil al 2%, que va a actuar como refuerzo.
  3. El consumo correcto de complementos alimenticios aporta los elementos esenciales para la formación adecuad de cabello nuevo.

Hay que dejar claro a las pacientes que el tratamiento va a durar mucho tiempo. La evolución puede ser fluctuante, con periodos de empeoramiento y otros de frenar la caída, y que el nuevo pelo suele ser más fino que el resto. Al cabo de dos a tres años, se puede hacer una pausa y ver cómo evoluciona el pelo.

Adquirir buenos hábitos

Es importante comer equilibrado ya que las carencias o el déficit de ciertas vitaminas y minerales son nocivos para la salud de nuestro cabello. Y además, hay que dejar de fumar. Diferentes estudios han demostrado que el tabaquismo tiene un efecto perjudicial sobre los folículos pilosos que “producen” los pelos. El estrés psicológico también tendría un efecto negativo sobre nuestra cabellera, ya que produce la liberación de andrógenos, hormonas destructivas para el pelo, y también induce un fase catágena prematura (fase de degradación del pelo antes de su caída) y una inflamación a nivel del folículo piloso. También el sol tiene un efecto negativo, ya que los rayos UVA y UVB provocan una apoptosis, es decir, una muerte celular. Además, los rayos solares tienen un efecto directo sobre el pelo, levantando sus escamas.

No hay que tener miedo de lavar y peinar el pelo… aunque el pelo se caiga. Pero hay que cuidar el pelo y utilizar productos adecuados. Es decir, un champu muy suave y respetuoso del cuero cabelludo, un acondicionador para desenredar el pelo más fácilmente. Evitar todo aquello que pueda agredir el pelo y el cuero cabelludo: cepillado y alisado muy repetido, secador con aire muy caliente, productos de peluquería con alcohol, etc.

Cortarse el pelo cuando se cae. Un corte de pelo corto disimula mejor la falta de volumen y de densidad que un pelo largo. De esta forma, la caída de pelo es menos visible, menos traumatizante. Por ejemplo, hay que evitar la raya en medio, y peinar el pelo hacia atrás o de lado. Si el pelo esta teñido, elegir la técnica de coloración menos agresiva posible (con menos agentes oxidantes) como una coloración vegetal.

Alimentar el pelo

  • Aminoácidos azufrados como la cisteína, la glutamina y arginina que son componentes del pelo. Los refuerzan y mejoran su crecimiento.
  • Vitamina B6, muy importante porque participa en el metabolismo de la keratina y potencia la acción anti andrógena del zinc.
  • El zinc es necesario para la formación del folículo piloso. Interviene en la formación de la keratina, en la síntesis del colágeno y en la división celular. Es importante a nivel hormonal ya que actúa como anti andrógeno y anti oxidante. Una alimentación rica en ostras, marisco, germen de trigo, carne magra, hígado de ternera, sésamo, cacao en polvo, permite mejorar el aporte de zinc.
  • El hierro. Un déficit de hierro afina el pelo reduciendo la densidad capilar, ya que interviene en la alimentación y oxigenación de las células de reproducción del pelo.

Microinjerto capilar la solución definitiva

Cuando todo lo anterior no funciona y la situación va empeorando año tras año, provocando un gran sufrimiento psicológico, o simplemente hacemos cuenta de todo lo que nos gastamos en medicación, champús, lociones, complementos vitamínicos, etc, para mantener lo que se tiene o tener un poco más de pelo, y no nos salen las cuentas. La mejor opción es el microinjerto capilar.

Las grandes ventajas del microinjerto capilar son que es una técnica natural, ya que se utiliza el propio pelo de la persona, y que es definitivo. El pelo injertado no crece inmediatamente. Hay que esperar entre seis y ocho meses para constatar una mejoría y un año tras la intervención para tener un resultado definitivo. Y por mi experiencia, las mujeres que han recurrido al microinjerto capilar han vuelto a revivir, es formidable.

Para más información sobre el microinjerto capilar podeís visitar nuestra web.

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Dra Gilene Duran

Dra. Gilene Duran Dermatóloga, especialista en capilar

 

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