CIRUGÍA ESTÉTICA: ¿ESTAS PREPARADA PARA EL CAMBIO?

Hay complejos y problemas que no se solucionan a golpe de bisturí, y pasar por el quirófano puede resultar incluso contraproducente, descubre si tus ganas de cambio se basan en pilares sólidos o deberías pensártelo dos veces.

Hay una clara e innegable relación entre nuestra imagen y nuestro estado de ánimo. Vernos bien nos hace sentirnos bien. El problema surge cuando en lugar de mejorar nuestra imagen, pretendemos cambiarla por otra, tenemos expectativas irreales o pensamos que nuestros problemas personales o laborales se solucionarán operándonos el pecho o la nariz.

¿Qué lleva a una persona a pasar por el quirófano?

Normalmente las personas que se operan de cirugía estética lo hacen porque su problema les causa un complejo o necesitan sentirse bien consigo mismas. Pero no hay que olvidar que el resultado de una cirugía estética no debe compararse con un cambio de imagen semejante a un corte de pelo. Por eso, antes de la cirugía, además de del imprescindible estudio pre quirúrgico,  intento determinar tres puntos fundamentales:

  1. Que el paciente tiene expectativas reales.
  2. Que tiene a su alcance y conoce la información precisa de la evolución y el postoperatorio.
  3. Que conoce las repercusiones psicológicas que la operación puede tener.

En el caso de que el  potencial paciente no tenga claro alguno de los puntos o bien, perciba que no está muy convencido, echo para atrás la cirugía. Los cirujanos plásticos debemos ser capaces de decirle a un paciente, por muy difícil que resulte, que ahora no le vamos a operar porque no le vemos preparado psicológicamente o que no le operaremos porque creemos que no necesario. Como dice el refranero español “más vale una colorada que ciento amarillas”.

¿Solucionar problemas con cirugía estética?

Hay personas que basan sus esperanzas para mejorar su vida en al cirugía. Ante estas situaciones yo lo tengo muy claro: una operación nunca conseguirá que tu pareja vuelva contigo, o que te admitan en un trabajo. Los pacientes de este tipo de planteamiento suelen quedar descontentos, porque por muy buenos resultados que se obtengan con la cirugía estética, el entorno no cambia. Hay mujeres que llegan a la consulta con fotos de la actriz a que se quieren parecer… Y tengo que explicarles muy bien qué se puede conseguir y qué pueden esperar.

La cirugía estética puede ayudaros a mejorar la apariencia, pero no podrá arreglar vuestros problemas personales.

La cirugía estética puede ayudaros a mejorar la apariencia, pero no podrá arreglar vuestros problemas personales.

Las personas con baja autoestima por lo general tienden a buscar soluciones a sus problemas basadas en cuestiones externas a ellos mismos, porque no se ven capaces de afrontarlos. Pero lo que necesitan es una terapia para aumentar o recuperar la autoestima y posponer la operación.

¿Cuándo no pasar por el quirófano?

No recomiendo una cirugía plástica cuando existe cualquier tipo de trastorno psicológico en el deseo de pasar por el quirófano: trastornos depresivos, dismórficos corporales, baja autoestima, trastorno alimenticio, adictivos, o cualquiera que provoque incapacidad para comprender la naturaleza propia de la intervención. No es recomendable operar a personas con alguna patología psicológica o psiquiátrica.

¿Puede la cirugía causar adicción?

Cualquier cosa puede causar adicción si aporta un beneficio (real o imaginario), porque se crea en nosotros la necesidad de volver a conseguir ese beneficio. Todos corremos riesgo de sufrir una adicción, pero hay determinadas personalidades (llamadas adictivas) que tienen más probabilidad de sufrirla. En la mayoría de los casos los pacientes acuden a la cirugía por temas puntuales. Aunque es lógico que si el paciente se ha operado y su experiencia ha sido positiva, ante algún otro problema puede pensar que la solución pasa de nuevo por la cirugía y este predispuesto a repetirla. Pueden presentarse casos de adicción a la cirugía o a cualquier procedimiento estético, pero casi siempre serán personas con trastornos psicológicos.

¿Qué es la dismorfofobia?

Como ya expliqué en algun otro artículo anterior, la dismorfofobia o trastorno dismórfico es una insatisfacción intensa con nuestra imagen corporal en conjunto o sólo con determinadas partes. Suele estar acompañada de una preocupación excesiva por dicha insatisfacción, que lleva a afectar a todas las áreas de nuestra vida. El trastorno dismófico afecta al 0,5-0,7 por ciento de la población.

trastorno dismórfico corporal: se trata de un trastorno corporal en el que los defectos se renuevan constantemente

Trastorno dismórfico corporal: se trata de un trastorno corporal en el que los defectos se renuevan constantemente.

¿Operarse puede ser contraproducente?

En efecto, sobre todo si no hemos tenido unas espectativas realistas sobre lo que la cirugía va a conseguir y le hemos dado carácter de salvación, pensando que esa intervención sería la solución a todos nuestros males. Puede ocurrir, incluso, que después se agrave la patología previa a la intervención. Por eso es tan imporante que los cirujanos plásticos sepamos descartar a aquellas personas que no tienen claros los tres puntos que planteé al principio.

¿Aceptan los pacientes un no a la cirugía estética?

Si la persona está convencida de realizar la intervención buscará cualquier forma de conseguirla, y lo intentará en otra clínica para ver si consigue, porque por desgracia y para perjuicio de mi profesión, existen centros y/o médicos para los cuales lo importante es facturar, independientemente de las necesidades reales de los pacientes. Pero cuando un cirujano plástico contraindica una operación es muy probable que la contraindiquen otros, siempre y cuando sean éticos, que afortunadamente son la mayoría de compañeros de profesión.

¿Qué lleva a una chica de 16 años a querer ponerse implantes?

Ante todo, un sentimiento de insatisfacción con el tamaño de su pecho. Pero lo importante es indagar qué ha provocado esa insatisfacción, porque en la mayoría de los casos obecederá a una causa real, es decir, que no tenga pecho, pero en otros el tamaño está dentro de los cánones normales. Aquí es donde juegan un importantísimo papel los estereotipos sociales.

cirugia estetica y adolescente

Algunos adolescentes desarrollan una fijación obsesiva e injustificada sobre una parte de sus cuerpos.

¿Cuál debe ser la postura de los padres?

Lo primero, escuchar e indagar la motivación que tiene para someterse a una operación. Cuando un menor pide a sus padres una operación de estética hay que ver qué solicita. Opero niños de 11 años con orejas de soplillo, en ellos el cambio es espectacular; normalmente son niños retraídos, con bajo rendimiento escolar y tras la operación experimentan un cambio radical.

Pero muchos jóvenes ven defectos físicos donde no los hay. No son conscientes de que tienen un problema psicológico y creen que una operación les va a sacar de ese pozo de tristeza o melancolía en el que se encuentran. A este respecto si queréis saber más podéis leer el artículo Cirugía estética y adolescencia.

Antonio Gonzalez-Nicolas, cirujano plástico de Instimed

Antonio Gonzalez-Nicolas, cirujano plástico de Instimed

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