Comer en el trabajo puede dañar seriamente la salud

Un reciente estudio publicado en Gran Bretaña alerta ante las graves consecuencias que comer durante la jornada laboral puede tener no tan sólo para nuestro bolsillo, sino también para nuestra salud. Resulta cada vez más habitual que el frenesí laboral, acuciado por la atención continua que depositamos en la red y el teléfono móvil, nos empuje a comer en nuestro propio escritorio. Muchas veces, lo primero que pillamos para que cuanto antes nos lo ventilemos, mejor que mejor.

Como señalan los datos del estudio, uno de cada diez ingleses realiza tres de las comidas diarias en su puesto de trabajo, aun a costa de su salud mental y física.

Las consecuencias de comer en el trabajo continuamente pueden ser muy negativas.

Las consecuencias de comer en el trabajo continuamente pueden ser muy negativas.

Los datos recogidos por la empresa proveedora de material de oficina Viking señalan que hasta un 50% de los ingleses comen y desayunan en su escritorio, que un 20% arrasa con la máquina de vending en algún momento a lo largo del día y que la veda se abre a las diez de la mañana, de manera que a las cinco de la tarde, muchos trabajadores vuelven a tener hambre y realizan su tercera comida a dicha hora. Con unos sencillos ajustes temporales ocasionados por el hecho de que la jornada laboral española suele comenzar más tarde, más o menos ese podría ser el mismo horario al que nos enfrentamos en nuestro día a día.

Las consecuencias de comer en el trabajo continuamente pueden ser muy negativas. En primer lugar, como señala la Asociación de Diabéticos Estadounidense, porque nos convertimos en comedores sin conocimiento, ya que nos dejamos distraer por el ordenador o el teléfono y no nos damos cuenta de lo que nos llevamos a la boca, alimentándonos más de lo necesario.

No permitirnos una pausa para comer, además, agrava el estrés, y masticar mal y de forma apresurada puede hacernos ganar peso rápidamente. Una última razón para evitar comer en la oficina: el teclado y el ratón del ordenador son el hábitat preferido para un gran número de genes que nuestros dedos transportan. Como señalaba un estudio realizado por médicos del University College London Hospital, los teclados de nuestra computadora pueden tener un 400% más de posibilidades de tener gérmenes que un cuarto de baño. Así pues, cuando el nerviosismo te venza y quieras ganar unos minutos comiendo frente a la pantalla, quizá convenga recordarse esta larga lista de consecuencias negativas.

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